Todas estas situaciones han generado una revolución muy importante para la industria de alimentos. Si quiere emprender en este sector, vale la pena que revise tres tendencias muy fuertes para el año 2021:
La revolución de los alimentos con procesos de manufactura mínima:
No es que estemos cambiando de hábitos de consumo, es que hay un segmento de mercado nuevo con capacidad adquisitivo, que es paranoico con la información y tiene poder decisión: Los milenial y la generación Z.
Gracias a esta generación, situaciones como el calentamiento global, el equilibrio en el consumo de recursos, el efecto de los gases de efecto invernadero, los micro plásticos y muy especialmente la calidad y la disponibilidad de alimentos han entrado a la esfera legislativa.
Este fenómeno a suscitado una fricción muy fuerte con la industria de alimentos, de la cual ya sabemos que es la tercera actividad que más consume agua y genera CO2.
Ante las exigencias de esta población que será en el año 2030 el 40% de la gente con capacidad de generación, la industria de alimentos tiene que cambiar.
El principal cambio está asociado a la disminución de procesos de manufactura que están siendo asociados con alimentos de mala calidad nutricional y poco seguros para el consumo. Como profesional del sector, considero que no debemos satanizar a la industria; gracias a los sistemas de procesamiento y conservación hoy tenemos algunas armas para controlar zoonosis, intoxicaciones y toxi infecciones alimentarias.
No sé que sería de países sin estos sistemas de procesamiento donde la energía eléctrica es un lujo y no existen carreteras para conservar alimentos frescos y garantizar circuitos cortos de comercialización.
Por otro lado vemos las presiones de logias como los seguidores del sistema NOVA de etiquetado de alimentos, quienes quieren imponer sus planteamientos de alimentos ultra procesados sin un soporte técnico científico fuerte.
Chile y México ya empiezan a sufrir los efectos de implementación de sus nuevos modelos de etiquetado nutricional: ni han bajado los obesos y las cargas fiscales asociadas a las enfermedades asociadas a la nutrición han disminuido.
Pero no todo debería ser catástrofe para las empresas de alimentos con estos cambios normativos. Es claro que la industria del sector en América Latina tiene un desfase de cerca de 60 años en políticas públicas para el desarrollo empresarial, cosa que también afecta la adopción de sistemas de gestión, metodologías y tecnologías de proceso pensadas para la austeridad.
Todas las propuestas enmarcadas en los siguientes aspectos van a conquistar a una población cansada de los engaños y con poder de compra:
Alimentos mínimamente procesados:
Detrás de esta tendencia hay toda una industria soporte que se verá beneficiada:
- El desarrollo de empaques biodegradables. Tenemos una gran necesidad de películas flexibles, que fuera de tener propiedades barrera, sean compostables para mitigar el efecto de los micro plásticos como contaminante emergente en los alimentos de origen animal.
- El desarrollo de colorantes, saborizantes y coadyudantes tecnológicos naturales.
- Maquinaria y sistemas de procesamiento que adopten la economía circular y el ecodiseño para el menor consumo de agua y energía.
- Materias primas producidas por replicación y biotecnología.
- El uso de sistemas de desinfección y esterilización física.
Los datos como fuente de verificación de la transparencia de la procedencia de lo que comemos y la servitización de los alimentos.
Con la entrada de la cuarta revolución industrial, los datos generados por los sistemas de compra, manufactura, abastecimiento y consumo, cada día toman mayor importancia para la industria de alimentos.
Los datos son el nuevo petróleo, gracias a ellos la industria de alimentos puede mejorar sus procesos, diseñar alimentos a menores costos, diseñar y validar sistemas de gestión de la inocuidad alimentaria con mayor certeza y con agilidad.
vamos a una velocidad tal, que ya la FDA ha definido su hoja de ruta para mejorar la ley FSMA a partir de la implementación de la inteligencia artificial, la ciencia de datos y el blockchain para una vigilancia sanitaria más eficiente. Ver la información aquí
Gracias a los datos y el poder computacional la industria de alimentos en América Latina tiene grandes oportunidades para cambiar su forma de producir:
- Manufactura robótica para minimizar los riesgos biológicos, físicos y químicos asociados a la manipulación humana de alimentos.
- El aseguramiento del origen de materias primas y productos terminados para mitigar los riesgos asociados al fraude alimentario y la contaminación intencional.
- El control de la pérdida y desperdicio de alimentos, gracias a un uso eficiente de lo que hoy se produce y que es suficiente para alimentarnos. No podemos seguir depredando bosques y suelo para pastar más vacas e implementar mono cultivos.
Con la llegada de la digitalización la industria de alimentos dejará de ser algo netamente de manufactura a ser un servicio, pues gracias a los datos de los consumidores relacionados con su estado de salud y los tratamientos tanto médicos como de nutrición y dietética ya es posible soñar con la personalización de los alimentos bajo el concepto de mínimo vital calórico universal (cuántas calorías se tiene derecho a consumir según la edad, el peso, condiciones de salud y condiciones psicosociales).
Si quiere saber más de estos temas vale la pena que revise estos recursos en cualificación en digitalización para empresas de alimentos.
